por Enrique Monterroza
Apocalipsis 2:4
Luego de recibir a Cristo nuestra vida cambia totalmente, no por una imposición, sino por el milagro que se denomina: Nacer de nuevo. Este milagro nos lleva a amar a Dios como jamás antes lo habíamos amado y ese mismo amor nos lleva a querer hacer algo para agradecerle el hecho que ha cambiado nuestra vida y nos ha dado vida eterna. Es ahí donde comenzamos a servir a Dios, con un corazón sencillo, pero con muchas ganas de servirle.
¿Recuerdas tu primer privilegio?, yo lo recuerdo muy bien, fue en Agosto del año 98 cuando me dieron el privilegio de ser la ayuda de un hermano que daría la clase a niños de entre 9 y 11 años. Recuerdo que ese día llegue muy orado y con muchas ganas de servir, mi tarea era tan sencilla como solo evitar que no hicieran desorden y llevar al baño a los que lo necesitaran. Pero yo era feliz, no importaba si tenia que ir cincuenta veces al baño, yo era feliz cumpliendo mi privilegio.
Todos hemos tenido una primera vez en algún privilegio y si es el que tanto anhelaste te aseguro que ese día te sentías el hombre o la mujer mas feliz del universo, porque Dios había cumplido tu sueño de servir en esa área.
No podemos negar que aquel privilegio que tanto nos costo conseguir, lo hemos hecho con mucho amor y con mucho esmero.
Pero lastimosamente con el transcurrir de los años, llega un momento en donde el servicio se convierte de nuestra parte en algo monótono, algo que se hace una rutina y perdemos el sabor de hacerlo con las mismas ganas o con el mismo anhelo de antes. A eso la palabra le llama: “Perder el Primer Amor”.
A lo mejor tu eres una de esas personas que después de un tiempo, ahora ya no le sientes el mismo gusto al servicio, a lo mejor ahora ya ni siquiera valoras aquello que con tanto esmero le pediste a Dios que te diera.
Amigo mío, en el versículo que acabamos de leer hay una palabra de Dios para ti: “Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo”, a lo mejor has trabajado mucho para el Señor por amor a El, pero ha llegado un momento en tu vida, en donde estas haciendo las cosas solo por hacerlas, quizá por compromiso o por una simple rutina, a eso yo le llamo: “Servir a Dios, pero sin Dios”.
¿De que te sirve realizar una tarea para el Señor, si no lo estas haciendo con todo tu amor?, ¿Acaso a Dios se le escapa eso?, Definitivamente ¡No!, Dios quiere de ti que mantengas el mismo amor hacia el y hacia su obra, ese mismo amor que demostrabas al inicio, cuando todo era un gozo para ti, cuando te preparabas muchos días antes de dar la clase infantil, cuando orabas antes de un privilegio, cuando lloraste porque Dios te permitió servir en aquel privilegio que tu veías muy lejos de conseguir. Dios quiere que recuerdes aquellos momentos en donde te gozabas en servirle, en donde el servicio no era una rutina para ti, sino más bien una oportunidad más de agradecer a Dios todo lo lindo que ha hecho por ti.
Dios te dice en esta hora: “¿Dónde esta tu primer amor?”, ¿Sabes? Dios quiere verte nuevamente sonriendo, gozándote en el servicio, haciendo aquellas pequeñas cosas como si fueran muy grandes, sirviéndolo a El, pero sin olvidarte de El.
Posiblemente tu estés pasando por un momento en donde hasta olvidaste lo que se sentía hacer algo por amor al Señor. En esta hora te digo: ¡Vamos!, es hora de comenzar de nuevo dile al Señor:
Escrito en Noviembre de 2008
Te invito a que escuches la siguiente alabanza.
Nombre: Volver a Empezar
Autor: Heriberto Hermosillo
Gracias, gracias, gracias…
Buscaba en internet algo referente al primer amor y cómo volver a el y he llegado aquí. Todo lo escrito allí me identifica, y doy gracias a Dios por hablarme a través de este devocional. Ahora sé como volver a empezar para recuperar eso que un día sentí por Dios y multiplicarlo aún más.
Dios lo bendiga enormemente, Enrique. Muchísimas gracias.