Contigo quiero estar
por Enrique Monterroza
A veces olvidamos lo delicioso que es sumergirnos en la presencia de Dios. Hablo de esos momentos en donde dejamos a un lado todo problema, todo pensamiento que nos roba la paz, todas aquellas situaciones que nos turban y enfocamos toda nuestra mente, pensamientos y ser hacia Dios.
Esos momentos en donde no queremos saber nada de lo que a nuestro alrededor ocurre y que solo nos centramos en cerrar nuestros ojos mientras lo adoramos cantándole con todo nuestro corazón.
Esos momentos en donde reconocemos lo mucho que lo necesitamos y que por lo tanto anhelamos un toque suyo, esos momentos en donde nuestra vida está enfocada totalmente en Él, en su presencia preciosa.
Esos momentos en donde las lágrimas corren sobre nuestra mejilla porque podemos sentir su presencia, porque a pesar de lo mal que nos podamos sentir, sabemos que Él está allí porque lo ha prometido, porque nunca nos ha dejado solos, porque nunca se ha ido de nuestro lado, pero que por diferentes situaciones nos hemos olvidado de lo principal: honrarlo, adorarlo, reconocer su grandeza, porque después de eso, todo viene por añadidura.
Esos momentos en donde lo único que anhelamos es estar con Él porque cuando estamos con Él nos sentimos completos, nos sentimos llenos. Esos momentos en donde nuestra boca repite una y otra vez: “Contigo quiero estar”.
Y es que a veces nos alejamos de Él, ponemos toda nuestra atención a todo lo que nos rodea y olvidamos que Él es quien da la última palabra y que su voluntad perfecta se ha de cumplir en nuestra vida.
Hoy quiero invitar a que dediques un tiempo a solas con Dios. Ve a ese lugar en donde nadie pueda molestarte ni interrumpirte, cierra tus ojos, comienza a adorarlo y siente como lo único que necesitas es: ESTAR CON ÉL.
Y es que al estar con Él nos renovamos, y es que al enfocarnos en adorarlo todo el panorama cambia, un peso nos es quitado de encima, Dios toma nuestras cargas, podemos ser libres de depresión, de tristeza, de soledad, de todo aquello que nos afecta y todo porque cuando estamos con Él nos renueva, nos consuela, nos fortalece.
No dejes pasar este día sin dedicar unos minutos a la adoración a Dios, desahógate en su presencia, permite que pueda quitar todo ese sentimiento que no te da paz y que lejos de ayudarte te está afectando. Dios quiere estar contigo este día, ¿Tú quieres estar con Él?
Dile al Señor:
¡Contigo quiero estar!
“Así como un venado sediento
desea el agua de un arroyo,
así también yo, Dios mío,
busco estar cerca de ti.
Tú eres el Dios de la vida,
y anhelo estar contigo.
Quiero ir a tu templo
y cara a cara adorarte sólo a ti.”
Salmos 42:1-2 (Traducción en lenguaje actual)
Escrito el 13 de Mayo de 2014
Escrito originalmente para www.destellodesugloria.org
Autorizado para publicarse simultáneamente en: www.devocionaldiario.com – www.enriquemonterroza.com y http://reflexionesydevocionales.blogspot.com