por Enrique Monterroza
Hebreos 12:28
El primer mandato de Dios para nuestra vida fue: “Venid a mi” (Mateo 11:28), fue en ese momento en donde todas nuestras cargas fueron disipadas. El perdón de Dios para nuestra vida nos hizo reposar espiritualmente y nos convirtió en hijos de Dios.
La pregunta seria: ¿De que manera estamos agradeciendo el perdón que Dios nos otorgo?, la mayoría de nosotros estamos mas que agradecidos con Dios por haber cambiado nuestra vida, ¿Pero será que ese agradecimiento se esta convirtiendo en acción?
Hay algo tan lindo que tenemos que tener claro en nuestra vida espiritual: si bien es cierto que el primer mandato de Jesús para nuestra vida fue: “Venid”, también el mismo después de haber transformado nuestra vida nos dice: “Id” (Mateo 28: 19, 20)
Id y haced discípulos a todas las naciones, jamás podremos haced discípulos sino actuamos, es decir, si no accionamos. Hay miles de formas de poder realizar el mandato que Dios nos ha otorgado, pero ese mandato solo puede ser obedecido por una vida transformada y totalmente agradecida con Dios.
Amado hermano, ¿Será que estamos siendo agradecidos con Dios?, ¿Será que estamos practicando el segundo mandato?, que estas sean preguntas que nos hagan ver la realidad del mandato de Dios para nuestra vida.
Cada uno de nosotros tenemos que estar consientes que en este trabajo no existe el relajamiento, no existe el time out o el medio tiempo, no existen las vacaciones o cualquier actitud que nos lleve a la pasividad para realizar la obra encomendada.
Si cada uno de nosotros tuviéramos un corazón con un profundo deseo de agradecer lo bueno que Dios ha sido con nosotros, el servicio a Dios nos saldría por las venas, no pudiéramos estar ni un momento sin hacer algo para el Señor.
También debemos estar consientes que el servicio a Dios no se limita a cuatro paredes, es decir que no necesariamente tienen que ser dentro de un edificio que constituye tu congregación, sino que el servicio a Dios va mas allá de cuatro paredes.
El servicio a Dios lo puedes demostrar con tu vecino, con tu familia, con tus amigos, hasta con personas desconocidas, ya que cuando tu les hablas de Cristo a estas personas estas llevando a cabo la obra que Dios te encomendó y estas sirviendo a Dios, otros como yo además de servir en nuestras congregaciones tenemos el privilegio de servir a través de este lindo medio de comunicación como lo es el Internet, formas de cómo servir a Dios sobran, pero ¿Será que también ganas de hacerlo me sobran?, ó ¿Será que me faltan?
Te invito a que no pase ningún día de tu vida sin que en tu corazón halla un deseo ferviente de servir a Dios de cualquier forma que sea, que el servicio a Dios sea un fuego dentro de ti que arda cada día mas y que nunca se apague.
Escrito en Marzo de 2009 para: http://reflexionesydevocionales.blogspot.com